La Novia. Federico García Lorca es, sin duda alguna, uno de los dramaturgos y poetas más importantes de España. Innovador, original, las mujeres fueron las grandes protagonistas de sus obras en un momento histórico en el que estaban relegadas a la casa y al cuidado de los hijos. Lorca supo acercarse y retratar ese complejo universo femenino que sucedía puertas adentro y que sigue dialogando de diversas maneras con muchas de las cuestiones que seguimos afrontando hoy en día las mujeres, lo que ha permitido que sus textos sigan estando vigentes. Efectivamente, sus obras son continuamente interpretadas en diversos teatros del mundo entero, sin embargo, son poquísimas las adaptaciones cinematográficas que se han hecho de las mismas. Carlos Saura, por ejemplo, ha sido de los pocos que se ha atrevido a hacerlo. En 1981 realizó una original adaptación de la trágica Bodas de sangre (1931). En ella, un grupo de bailarines, con el magnífico Antonio Gades a la cabeza, interpretan sin musitar una sola palabra esta historia de amor y traición escrita por el poeta andaluz.
Precisamente, esa obra teatral sedujo, desde que la leyó durante su adolescencia, a la directora, guionista y productora española Paula Ortiz quien tras realizar un primer y exitoso largometraje se sintió lista para asumir el reto de adaptarla a un lenguaje cinematográfico. Como lo ha contado en diversas entrevistas para ella el desafío estaba en “mantener la resonancia de la palabra poética de Lorca y no banalizarla”.
La película inicia en pleno clímax utilizando partes de la escena final de la obra para después llevarnos a las acciones que sucedieron unos días antes de este fatal desenlace.
Durante el desarrollo se introducen unos cortos flashbacks, ideados completamente por Ortiz, sobre la infancia de los protagonistas. La directora consigue mantener lo que Lorca hace en su obra, se insinúa, se comenta, un pasado de los personajes pero poco se sabe concretamente de él, sin embargo, esa poca información es suficiente para delinear las tensiones que se crean entre ellos.
En la obra original los personajes, particularmente la novia y Leonardo están atrapados, condenados, por una pasión que no gobiernan y no pueden controlar, en esta adaptación cinematográfica Ortiz ahonda en esta idea de predestinación. Casi con ecos de Edipo, estamos ante una tragedia de la que es imposible huir o escapar, como lo señala, de una u otra manera, la mendiga convertida aquí en un particular oráculo.
La naturaleza juega un papel fundamental en la obra lorquiana. Bodas de sangre no es la excepción, numerosas metáforas comparan al amor con fuerzas de la naturaleza, el agua oscura y desbordada que no se controla, la potencia de un caballo brioso y testarudo. Por donde pasa, la pasión quema como fuego, deja heridas que arden y no sanan. La luna, misteriosa, femenina, ligada a la noche y sus secretos está presente al igual que la tierra yerma en donde se entierran y descansan los seres queridos. Sin duda, el gran logro de la adaptación de Ortiz está en la manera como retoma cada uno de estos elementos y los potencia visualmente, no solo vemos la luna, sino la manera cómo su luz blanquecina baña los espacios, amarillos, desolados, la tierra polvorienta en contraste con el color blanco de las ropas y del cristal, elemento fabricado también con fuego y que será fundamental en el desarrollo de la película. Ortiz tampoco descuida otro aspecto fundamental para Lorca, la música, unas son canciones hechas a partir de textos del autor español, otras temas populares que dialogan perfectamente con la situación en la que aparecen.
Se destaca particularmente la actuación de Inma Cuesta en el papel de la novia y la veterana Luisa Gavasa que logra decir el texto original con una pasmosa mezcla de naturalidad e intensidad. Probablemente, lo menos logrado sean las actuaciones masculinas en particular la de Álex García como Leonardo y dejando de lado a Carlos Álvarez- Novoa que realiza una impecable interpretación del compungido padre de la novia, esta fue, además, su última actuación en una película, falleció antes de su estreno.
Poética, sugestiva, visualmente impactante. La novia es una exitosa adaptación que conserva el espíritu original de la pieza mientras introduce novedades que la enriquecen.
