Hace unos meses, en una revista, tuve la oportunidad de leer el cuento “Hongos” de Guadalupe Nettel.
El relato se sumerge en los meandros de una infidelidad y la manera cómo esta va haciéndose un lugar en la cotidianidad de la protagonista, una música, que encuentra, inicialmente,en esa relación clandestina una vía de escape a un matrimonio que se ha vuelto rutinario.
Lo que me encantó de la historia es la manera como Nettel describe los pensamientos y sentimientos de la protagonista , la manera vívida en que nos adentramos en la historia y los sorprendentes ecos que todo esto va a tener con la imagen que abre el relato: un hongo que durante años estuvo en la uña de su madre avergonzándola sin que ella pudiera hacer nada para exterminarlo.
En esa oportunidad supe que este relato hacia parte de un libro de cuentos y es así como terminé llegando a El matrimonio de los peces, donde aparte de “Hongos” hay otros cuatro relatos.
Este un libro que mereció en el 2013 el III Premio internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero. Cada cuento me pareció igual de bueno y contundente que el primero que leí. En todos es común una mirada al mundo animal y cómo este termina por reflejar o fundirse con el de los humanos. Es el caso del cuento que da título al libro en el que una pareja afronta en París la llegada de su primer bebé que pondrá en evidencia una profunda crisis matrimonial mientras intenta cuidar a una particular pareja de peces rojos.
“Guerra en los basureros” , por su parte, trata de un niño de once años a quien sus padres dejan en casa de la familia de su tía mientras organizan el divorcio y sus maltrechas vidas. Exiliado de su entorno conocido el niño afronta este momento de soledad aislándose de todos hasta que la casa, bien cuidada, y la familia, bien portada, de su tía recibe una invasión de cucarachas que los llevará a buscar los métodos más inusuales para enfentarse a ellas.
“Fellina” explora la vida de una mujer en un momento de quiebre, al borde de presentar unos exámenes importantes y la manera como una pareja de gatos que la acompaña, en particular la gata, termina siendo un reflejo de su vida.
Por ultimo está “La serpiente de Beijín”. En este relato un hombre nacido en China pero adoptado por franceses se enfrentará en un momento a sus raíces y a algo más temible. El testigo , y narrador de la historia, es su hijo que, junto a su sosprendida madre, percibe los drásticos cambios que le han sucedido al padre desde que viajara a China por trabajo. No solo se ha construido un espacio privado al que nadie tiene acceso, una suerte de pagoda, sino que además ha traído a la casa una enorme y peligrosa serpiente que mantiene en ese lugar. Lo que se esconde tras las misteriosas actitudes del padre será develado lentamente.
En todos los textos el lector se siente interpelado, partícipe, testigo privilegiado de estos universos íntimos en los que Nettel reflexiona de manera sútil sobre el amor, la familia y los frágiles cimientos que los sostienen.