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Los límites del poder

¿Cuáles son los límites del poder? ¿A quién acusar de malo? Quién merece castigo y cómo?  Estas son apenas algunas de las preguntas que suscita  la película sueca Solo contra sí mismo.  En la Suecia de los años cincuenta, una sociedad conservadora y rígida, el joven Erik Ponti, interpretado impecablemente por Andreas Wilson, suele meterse en problemas debido a su temperamento. Violento e irascible, parece estar fuera de control; sin embargo, en casa soporta con estoicismo los golpes que le perpetra, por cualquier motivo, su siniestro padrastro.

Tras ser expulsado numerosas veces su única opción para terminar los estudios la encontrará en un exclusivo internado. Allí, en ese lugar anclado en una complicada jerarquía de linajes, aristocracias rancias y demás, las cosas no serán mejores que afuera. Tras las elegantes fachadas y los modales refinados, se esconde una turbia realidad. La disciplina es impuesta a punta de golpes por los propios estudiantes, quienes, con total libertad y sin supervisión alguna, determinan los castigos que merecen los señalados por ellos de cometer alguna falta.
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Sobra decir que aquellos que ostentan el poder lo utilizan para subordinar, humillar y aprovecharse de los menores quienes, a su vez, cuando crezcan y remplacen a los otros estarán listos para vengar, sobre otros, las afrentas que les hicieron en el pasado (este sistema perverso ya había sido denunciado en la película If… ).

Erik está harto de tener problemas pero no está dispuesto a tolerar las injusticias. Sabe que tiene la fuerza y la habilidad física para destruir a los abusadores -años de explosiones violentas lo han entrenado- pero será expulsado si lo hace. ¿Cómo, si no es con los puños, que tan bien utiliza, podrá derrotar a sus agresores?  ¿soportará en silencio, como lo hace con su padrastro, las ofensas? ¿se quedarán los demás impávidos ante la injusticia como lo hace su madre quien toca el piano mientras su padrastro lo golpea? Y no tarda en aparecer la pregunta esencial, ¿quién es más fuerte el que golpea o el que siendo fuerte soporta el golpe?
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Basada en el libro autobiográfico de  Jan Guillou Solo contra sí mismo nos sumerge en delicadas disyuntivas morales. Como espectadores censuramos la crueldad  desmesurada de los estudiantes,  sus prácticas violentas y contemplamos con impotencia cómo los adultos, simplemente, dan la espalda.  Casi sin darnos cuenta deseamos que Erik  haga pagar a los que lo agreden, lo que únicamente perpetuaría esta espiral de violencia.  El título original ya señalaba la disyuntiva: “Onskand”, malvado; así es calificado Erik, el agresivo. Sin embargo, rápidamente comprendemos que la maldad no está en él si no en todas partes,  en los compañeros oprimidos que callan ante la injusticia, en los amigos que devienen perpetradores, en los cobardes y sometidos, en los que someten a su antojo sin igualdad de condiciones, en los profesores que lo saben y permiten, en los profesores ciegos que no saben y no indagan ante las irregularidades…

Como espectadores ¿qué lado escogeremos?

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Summary:
Diana Ospina Obando

Diana Ospina Obando

Escribir, leer, ver películas, viajar...¿me faltó algo?