Como Javier ya escribió en ocho y medio sobre la última película que cuenta las aventuras del joven aprendiz de mago Harry Potter empezaré diciendo que difiero un tanto de su opinión, ¿o bastante?, a mi me gustó y me divirtió la película.

Javier le critica cierta desarticulación e historias truncas. No entraré a discutir su ejemplo de  la historia de amor de Harry  con Cho aunque sí diría que en la anterior película se presentó la tensión existente entre los dos personajes que es cierto no pasa de miradas y sonrisas bobas y que, culmina con el intempestivo beso. No me pareció tan traído de los cabellos, la tensión está ahí pero Cho, pobre ella, no está dispuesta a maltratar la memoria de su antiguo amor (cosa que tampoco se desarrolló mucho) y pues ya…. he visto besos más gratuitos y con menos antesala . La «relación», o mejor el mutuo coqueteo se reducirá a esta pequeña explosión y  ,adelanto de una vez, no trascenderá más allá de ese pequeño beso. En la película se le cree una traidora y en últimas, frente a las nuevas amenazas de Voldemort la historia no parece importar.

Es cierto que algunas ideas pueden estar apenas esbozadas o no muy desarrolladas pero la película cuenta con varios elementos favor.

Lo primero que yo anotaría es la atmosfera y la familiaridad con los personajes.

Basta una rápida toma para reconocer al rechonchete y desagradable primo de Harry y alarmarse por cómo ha crecido. Reconocemos la casa de sus insoportables tíos, el comedor y las habitaciones del colegio, los cuadros que acompañan a los alumnos, el misterioso Snape, etc. De alguna manera esto hace que ya algunas cosas se dan por establecidas y apenas se muestren y, por otro lado, le permite al espectador entrar cómodamente a un universo que maneja y conoce.

Las películas, como los libros, se necesitan los unos a los otros y se enlazan. Algunas referencias pueden perderse si no se tiene la anterior película fresca y varias pistas se aclaran en esta nueva película.

Me gusta que los personajes hayan crecido, literalmente, con la saga y que las películas sean cada vez más oscuras y dramáticas. En esta oportunidad me parece que el director consigue mantener la tensión y el drama de la película: Voldemort se está fortaleciendo y Harry que debe prepararse para enfrentarlo empieza a debatirse entre varios sentimientos: rabia, soledad, desesperación.

Se intuye, es cierto, que varios personajes deben tener un mayor desarrollo y protagonismo en el libro y no toman la decisión de erradicarlos por completo, quizás, como anota Javier se espera que muchos espectadores conozcan el libro y quieran esos guiños. Sin embargo, esa sensación, me parece, no alcanza a mermarle ritmo ni coherencia a la película.

Destacaría la figura de Lord Voldemort un malo terrible que por lo menos a mí me parece realmente bien representado y que cada vez va tomando más fuerza.

Finalmente, es dificil no ver a Potter y pensar en otras sagas similares (pienso en Star Wars, por ejemplo)  en las que finamente lo que hay es una reapropiación de ciertos elementos básicos: el enfrentamiento entre el bien y el mal, la formación del héroe, la reconstrucción de un pasado, el descubrimiento del destino que se debe recorrer.

Harry Potter y la Orden del fénix cumple varias premisas de manera cabal y por eso puede ser tan fácilmente aceptada por el espectador que reconoce allí la fuente de historias que escucha desde niño, adobadas con el ingrediente plus de la magia, lo sobrenatural y la aventura y dramas propios de las películas de colegio.

La oscuridad se aproxima a Hogwarts  y eso lo deja claro la orden del Fénix, nadie está a salvo del poder devastador de Voldemort y sus seguidores y se insinúan nuevos y graves peligros. Yo, que ya me leí el libro de la película que viene, espero con ansia cómo llevarán a la pantalla grande este episodo tan lleno de devastación y maldad.