Según el registro de la duración de mis llamadas en el celular he hablado 30 horas, 49 minutos y 57 segundos, cuando yo he llamado y 22 horas 18 minutos y 36 segundos cuando he recibido llamadas.
Es decir, practicamente dos días y medio de mi vida los he pasado con el celular en la oreja.
Yo hablo mucho, es cierto, hablo en clase, hablo por telefono… paso horas con mis amigas analizando detalles contandoles mi vida. Cuando no hablo con alguien leo, que es hablar con otro, cuando no leo escribo y, en el tiempo que queda, me hablo a mi misma… siempre hay palabras, en mi cabeza siempre trascurre un discurso…
No es una actitud muy Zen supongo pero las palabras permean y construyen mi mundo, lo hacen girar, me habitan, me consuelan, me condenan y me abarcan.