En el 2010 hicieron el remake de Clash of the Titans originalmente estrenada en 1981, mucho efecto especial pero, a mí gusto, desabrido y sin gracia. En el 2011 (¿Quién puede remplazar a Kevin Bacon, por favor) apareció, sin pena ni gloria, el remake de Footloose (1984). Karate kid (1984) conoció la misma suerte, y de nuevo fue un remake intrascendente, en el 2010. Y como nada es sagrado hasta decidieron hacerlo, sin mayor éxito, con Point Break (1991) el año pasado.
Estos son solo algunos ejemplos, en ninguno de estos casos los protagonistas de los remakes fueron asediados y violentados con sevicia en las redes sociales, ni se destruyó la película, aún antes de su estreno, con los argumentos más horribles como en el caso de Gostbusters el más reciente remake de la exitosa película de 1984.
Francamente no tiene nombre la persecución a la que han estado sometidas sus protagonistas, en especial, Leslie Jones que se vio obligada a cerrar su cuenta en twitter ante el despiadado acoso. La película es divertida, bien hecha, los fantasmas están increíbles y se mantiene, sobre todo, la chispa que había en el equipo original.
Por si fuera poco se introducen adecuadamente referencias a la película original y todos lo antiguos protagonistas están ahí para pasar la antorcha a esta nueva generación.
¿Cuál es el drama entonces ? En serio todo esto es porque se cambió el sexo de los protagonistas originales. ¿Tanto perturba ver mujer científicas, medio alocadas que no se preocupan particularmente por su aspecto físico sino por atrapar fantasmas?
Me parece increíble pensar que esto esté pasando en el 2016.